The Boys
La temporada tres de "The Boys" ha sido la más bestia de todas y también la que más me ha gustado. Tengo que reconocer que la primera entrega se me antojó bestia y no me enamoró del todo. La segunda ya cambió mi percepción y esta última se ha merecido estar en el podio de la mejores serie de superhéroes y de antihéroes de los últimos veinte años.
Para mí, los aspectos positivos son la crítica que los creadores hacen de la sociedad estadounidense, del capitalismo y de la política. Realmente, todas estas temáticas se yuxtaponen y la finalidad de la serie es desmitificar el patriotismo 'yankee'. Si nos fijamos con detenimiento, es una crítica mordaz y ácida a las coyunturas socio-políticas que han conformado la eclosión de fuerzas radicales. De ahí que los supuestos superhéroes no sean más que una parodia de los dirigentes ultraderechistas que forman parte de la alt-right (vemos que al final aparecen unos exaltados con una indumentaria similar a la de los instigadores del golpe frustrado del Capitolio.
Por otro lado, los personajes siguen siendo complejos. Uno de los personajes a los que más odio es a Carnicero porque me parece el típico sociópata misántropo que no mide sus palabras y no le importa hacer daño a un niño pequeño que está en una situación de vulnerabilidad. Por su parte, el Patriota, que traspasa las fronteras de la sociopatía para amoldarse en una psicopatía rampante plagada de narcisismo. Al igual que ellos, podemos estar horas hablando de sus personajes. Finalmente, en esta temporada, Profundo ha sido excesivamente profundo.
Lo negativo es que no han escatimado en violencia. Cada episodio es más explicito que el anterior y en ocasiones llega a ser bastante bizarro, pero creo que esa es la fórmula perfecta para enganchar al espectador.
Comentarios
Publicar un comentario