Geppetto y el auge urbano

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Mirando la película de "Pinocho", ya sabéis. La buena. La del 40. Me he percatado de una oscura realidad que era la explotación infantil en circos ambulantes. En el caso de esta simpática marioneta humana, vemos que la realidad social en la que se desarrolla su trama aconteció en la Italia del escritor florentino que creó este cuento, Carlo Collodi, es decir, en el siglo XIX.

La creación de Geppetto, al dejarse guiar por personajes con poca ética (no creo que fueran malvados, sino que sobrevivían en una ciudad que tampoco les había tratado bien) fue víctima de una sociedad depredadora.

Este rostro tan poco humano apareció también en "Érase una vez", la mejor serie de cuentos que se ha hecho hasta la fecha y que, curiosamente, experimentó el afable Pepito Grillo en sus propias carnes. Sus padres, borrachos del éxito, le obligaban a trabajar largas jornadas de niño y también le obligaban a robar a los transeúntes que disfrutaban de los espectáculos que preparaban sus progenitores.

Los largometrajes de Disney no eran perfectos. Se podrían considerar hijos de su tiempo puesto que los postulados y los convencionalismos sociales de la época en la que se hicieron las cintas clásicas han cambiado, afortunadamente. Podría incluso decirse que Disney simplemente adaptaba obras que ya estaban escritas y las maquillaba para ofrecérselas a un público infantil, de ahí que en varias ocasiones se haya afirmado que Disney es el mayor corruptor de menores de toda la Historia. Pero también es cierto que sus piezas son joyas audiovisuales que presentan un trasfondo crítico y una belleza artística que merecen la pena visualizar.