Crítica a "(Des)encanto" parte 3

 

E. de Escarlata.

Serie: (Des)encanto.

Género: Animación, comedia.

Año: 2018-

Estamos ante la mejor temporada de la serie para mi gusto. Cuando comenzó en 2018 hubo una opinión bastante polarizada, estaban los que decían que esta serie era mediocre y los que decían que era "buenísima". Yo, teniendo en cuenta que las animaciones creadas por Matt Groenig son de mis favorias, es decir, The Simpson y Futurama, me puse las gafas escépticas y he de decir me encantó; personajes macarras, rebeldes, humor absurdo que duele, en fin, maravillosa y, ¡encima hay tacos!, ¿qué más se puede pedir?

Voy a tirar de sinceridad, he visto las temporadas en castellano porque la animación bestia prefiero degustarla en mi idioma materno y no me arrepiento para nada porque TODAS las voces enganchan a la perfección. 

Crítica.

Me parece que los creadores han sabido reinventarse y, con este estreno, se ha demostrado con creces. Yo en 2018 dije que era un error criticar esta temática porque Groening se había amoldado simpre a los tiempos; las temporadas buenas de Los Simpson, tiraron de crítica social, Futurama iba un paso más allá adaptando el futuro con tópicos feministas, pacifisas, ecologistas, políticos etc. (Des)encanto, ¿qué hace? satirizar la Edad Media de El Señor de los Anillos, Juego de Tronos, y revertir las nociones inmaculadas de la Doncella que desea ser salvada por un meapilas rancio. 

Estos nuevos capítulos captan las realidades sociales de dos mundos, de un lado, la comunidad tradicional basada en una estructura teocéntrica, bucólica y sin planificar y, de otro, el mundo moderno planificado, fabril y con tintes totalitarios. Me ha parecido acertado que para representar este último se haya recurrido a la estética steampunk. Esta combinación dota de calidad a la animación que consigue yuxtaponer dos etapas históricas en un discurso bien narrado con el único objetivo de entretener. 

Otro punto a favor es la trama y como se consigue entrelazar la locura con la lucidez. El papelón del Rey Zøg, a quién da voz Domènech Farell, ha sido bestial por todo el surrealismo implícito en él. Por su parte, he amado al personaje de la Reina Oona, interpretada por María Moscardó, durante toda la temporada por la relación de tanta complicidad con su hijastra Bean, cuya voz no puedo imaginar sin otra actriz que no sea Graciela Molina. Ahora bien, el mejor personaje de esta parte ha sido la Reina Dagmar con la voz de Mercedes Montalá. Ha sido súper cruel, manipuladora, dañina y me ha hecho reír hasta límites incalculables porque sus comentarios eran tan cortantes y tan sinceros, cuando salía a relucir su naturaleza, que provocan la carcajada. Ese talante tan frío me recordó al doblaje que hizo de Michelle Pfeifer en Maléfica II.

Solo puedo poner dos pegas y tampoco son tan negativas la duración de los episodios me parece excesiva, casi treinta minutos, y los finales abruptos de la temporada (como siempre), así como el del recorrido del Principe Merkimer (Dani Albiac), no por él, sino porque está ligado a la hada.  Creo que la trama principal ha eclipasado a esa subtrama y ha sido un error porque daba mucho juego. Por el contrario, la subtrama de Luci (José Posada) fue breve, pero muy bien cerrada.

Doblaje.

Se nota que una producción está cuidada con mimo cuando cambias de la versión original al doblaje en castellano y te das cuenta que el ajuste de bromas y de juego de palabras es más que impecable en la adaptación a ese idioma. Si bien, el registro de Elfo ha variado algo, no sé si se debe a que el actor sufrió un cambio de voz, que en las dos primeras temporadas ha sido doblado por Luis García Márquez, o si es otro actor. Sea como sea, sigue siendo brutal.

Momentos spoiler. 

Mi escena favorita ha sido cuando Bean y Oona se colocán, sí, la madrastra decide ayudar a su hijastra de esta forma tan poco convencional para superar un desengaño amoroso. Lo flipante de esta escena es que Graciela Molina se tira como dos minutos seguidos hablando sin parar. 

Y el otro momento que me pareció brutal fue el duelo dialéctico sangrante entre Mercedes Montalá, que interpreta a la madre de Bean, y Graciela Molina.

En síntesis, canelita en rama que debeís ver.