Las Humanidades en peligro de extinción
E. de Escarlata.
Para esta semana tenía pensado escribir una entrada sobre Dark y para la siguiente otra sobre las actrices y los actores de doblaje pero dada la ausencia de preocupación que los medios de comunicación han mostrado sobre la pronta extinción de las Humanidades me veo en la obligación de escribir mi opinión al respecto. Esto no es una declaración de guerra a las ciencias porque todas las disciplinas son importantes y, obviamente, cada uno está más inclinado hacia una rama o hacia otra.
Las Humanidades provienen del término latino humanitas cuya traducción es Humanidad. Estas hacen referencia al conjunto de disciplinas que analizan la cultura de la humanidad. La importancia de estos estudios recae en que nos ayudan a desarrollar un pensamiento crítico sobre todos los aspectos de la vida cotidiana que, si lo extrapolamos a las personas que se dedican a ello de forma optima, intentan ilustrar, despojándose de ideologías y de mercantilismos, la verdad.
¿Por qué escribo esta entrada en mi blog de arte? porque hace unos días El País publicó "El artículo"Sentencia de muerte para Latín y Griego" según el cual se da a entender que el gobierno, en su nueva ley educativa, va a acabar con las asignaturas de Latín y Griego en el Bachillerato. Lo curioso de todo es que la coalición que está en el poder se ha vendido como el gobierno progresista, el vocero de la libertad de expresión y el adalid de la democracia. Estos son los que se abanderaron a la causa de defender los derechos de los ciudadanos griegos cuando la Europa Dominante ansiaba expulsarlos de la Unión Europea. Estos son los que actualmente, dadas las pugnas existentes en los diversos gabinetes ministeriales, abogan por impulsar una Ley de Memoria Histórica más democrática que destaque el papel de todos aquellos represaliados que sufrieron las consecuencias de la Dictadura Franquista y de todos aquellos intelectuales que se posicionaron en la oposición. Esto es otro grano de hipocresía que se suma al carro de este gobierno que abusa del rótulo progresista. No se puede hablar de Ley de Memoria Histórica cuando se atenta contra los troncos indoeuropeos sobre los que se erige nuestra lengua castellana.
Yo, estudié latín y griego durante tres años consecutivos desde cuarto de la ESO hasta segundo de Bachillerato y puedo afirmar que tuve suerte con el profesor que impartió ambas asignaturas, Guillermo A. A. Él, siempre discreto en sus posicionamientos políticos, invitaba a la reflexión crítica sobre las obras clásicas que nos mandaba leer. No solo nos hablaba de historia, arte y literatura clásica sino que también nos trasmitía ganas por saber más. Recuerdo que para enseñarnos la importancia de los idiomas nos traía también letras de canciones que partían de las lenguas indoeuropeas; el rumano, el italiano, el gallego, el catalán-valenciano y el portugués. Estas asignaturas no solo me ayudaron a madurar intelectualmente sino que también me ayudaron a ser mejor persona. Junto con esta evolución estuvieron otras asignaturas como Historia, impartida por Asun G. A. que me enseñó la importancia de respetar otras culturas y a quién, a día de hoy, considero una de mis tres madres intelectuales y Filosofía en la que José Ángel I.C me enseñó a leer entre líneas, a amar la curiosidad y a amar el conocimiento en todas sus magnitudes. He enunciado estas asignaturas porque fueron claves para mí y porque soy consciente de que cuando se apruebe esta nueva Ley que, lejos de ser educativa, va a adormecer conciencias, tendrá modificaciones que destrozaran estas disciplinas Podría decir lo mismo de cualquier rama de Artes pero este campo ha sido el más damnificado de todos con diferencia. Tan solo hay que ver el desprecio que se muestra hacia las personas que se dedican al arte mientras que a los arquitectos y a los ingenieros se les besa por donde pasan. Pero, ¡Ojo! todos los que miran a todos aquellos que se dedican al arte por encima del hombro son los que compran réplicas de Los Girasoles y los que ponen La Sonata para piano nº14 a todo volumen para mostrar lo cultivados que son sin tener ni idea de nada. Con esto no quiero desprestigiar su trabajo porque no es justo tal y como me enseñó una de las profesoras más alucinantes que tuve y que se dedicaba a Plástica, Ana Ester, esto lo digo porque la brecha existente entre estas disciplinas está más que testada. Por si fuera poco, me enseñó a encontrar la belleza en los poemas, en las obras de teatro y en la música.
Estas políticas pseudo-progresistas son como aguas que dibujan ríos que desembocan en producciones en cadena dando como resultado una masa que trabaja, acata y obedece todo sin cuestionarse nada ni cuestionar a nadie. Marx dijo en el siglo XIX que el opio del pueblo era la religión pero ahora estamos en el siglo XXI y la religión no ocupa un lugar primario en la vida de la mayor parte de la población. Esto lo veo yo como que, en el siglo XXI, el opio del pueblo no es más que un dogmatismo infecto que emana de las redes sociales.
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