Análisis a “Un hilo de oro” de John Melhuish Strudwick
E. de Azabache
Título: Un hilo de oro
Autor: John Melhuish Strudwick
Estilo: Hermandad Prerrafaelita (manierismo)
Año:1885
Cualquiera que se esté introduciendo en la Historia del Arte estará flipando cuando ha leído manierismo y siglo XIX pero es que, John Melhuish Strudwick, formó parte de la Hermandad Prerrafaelita que fue un núcleo británico, no muy prolífico, que surgió en el decenio de los cuarenta del XIX. Este grupo, como su nombre indica, estuvo influenciado por los artistas anteriores al pintor italiano, Rafael y surgió como rechazo al movimiento artístico institucionalizado que había surgido unos años antes en Reino Unido. Esta Hermandad consideró que el proceso de industrialización era sinónimo de degeneración también que el puritanismo aplicaba el criterio de la doble moral. También afirmó que los artistas que debían formar parte de la élite eran los artesanos,y abogó por la vuelta a la comunidad orgánica que caracterizó al medievo. Ellos intentaron reflejar tópicos que caracterizaron a la Edad Media y, por tanto, incorporaron elementos religiosos, mitológicos así como también, incorporaron pasajes de la Divina Comedia de Dante.
Mitología
Esta obra pictórica, datada de 1885, representa a las Tres Hilanderas de la mitología indoeuropea, en este caso, hace referencia a la vertiente romana de las Moiras griegas, Nornas escandinavas y Laima bálticas. Estas reciben el nombre de;
- Nona simbolizaba el embarazo y se representaba joven.
- Décima simboliza el tiempo vital de la persona.
- Morta es la hermana que corta el hilo. Las tres, son designadas con el nombre latino de Fatae o Parcae pero esta última es la que, en la actualidad, representa a la Muerte o Parca tal y como la conocemos.
Composición
Esta obra es fría, tenebrosa, con contrastes violentos en las luces y las sombras que rodean el cuadro. Pese a que su composición se realice con tonos neutros, el negro y el azul oscuro, fundamentalmente,el espectador presta atención a la nota discordante del cuadro, el dorado del hilo que simboliza el destino. Realmente, esta estética tan aterradora rompe con los cánones manieristas que, entre otras cosas, apostaban por emplear una paleta de colores, aunque fríos, variados. No obstante, en los rostros de las tres hermanas podemos apreciar un modelo similar al de Dante Gabriel Rossetti con su Proserpina.Melhuish Strudwick usó ese mismo rostro para plasmar a su Isabella de 1879 y a su Acrasia, entre otras, de 1888.
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